martes, 15 de diciembre de 2015

LA AGITADA VIDA DE LOS ELEMENTOS QUÍMICOS



Vivimos en sociedades que dependen cada vez más de sus avances científicos y tecnológicos.
Progresivamente la ciencia y la tecnología afectan a la vida cotidiana y esta influencia es perceptible en la creciente demanda de conocimiento científico y tecnológico para tomar decisiones, como dietas alimentarias, u otras de importante carácter socioambiental, como consumir o producir alimentos transgénicos u optar por fuentes de energía más limpias y renovables frente a las tradicionales basadas en combustibles fósiles.

Es por ello que la tecnociencia ha dejado de ser parte de la actividad y discurso de unos pocos académicos y se ha convertido en un objetivo básico a la vez que un serio problema en la educación actual. Esta consideración responde a un doble hecho: la comprensión de la necesidad de una educación científica para todos y la constatación de las dificultades que la misma plantea ya que nos encontramos con el creciente abandono de los estudios de ciencias por parte de los jóvenes 

Es por ello que la enseñanza  precisa completar sus programas de ciencias facilitando el acceso al mundo más allá de las aulas ya que los procesos de aprendizaje no se limitan únicamente (ni primordialmente) al plano cognitivo, sino que persiguen fomentar la curiosidad y el afán de superar los retos que se plantean al interaccionar con el entorno, incluyendo así aspectos afectivos y motivadores. La recuperación de aspectos históricos y de las relaciones Ciencia, Tecnología, Sociedad y Ambiente (CTSA) puede contribuir a devolver al aprendizaje de las ciencias la vitalidad y relevancia del propio desarrollo científico.

Los elementos químicos, no siempre bien estudiados y comprendidos son la esencia del Universo, del planeta Tierra, de los seres vivos, con abundancias muy diferentes en cada uno de los casos. Un estudio exhaustivo de los mismos puede permitirnos entender siquiera mínimamente cómo se organiza la materia; desde el conocimiento de lo más pequeño podemos acercarnos a la grandeza del universo.

Casi siempre que pensamos en elementos los asociamos de inmediato con los compuestos que forman y raras veces nuestro pensamiento se detiene en ellos mismos, en la vida propia que tienen como elementos. Por esta razón entendemos que profundizar en ellos es una ocasión idónea para salir al paso de la imagen descontextualizada que se trasmite en la enseñanza de las ciencias y establecer relaciones CTSA.
Se presenta así ante nosotros un proyecto muy ambicioso, donde trataremos de indagar en la agitada vida de los elementos químicos, dónde los podemos encontrar, cómo obtenerlos, que aplicaciones tienen, qué repercusiones ambientales derivan de su uso etc.

Por otro lado como el estudio completo de los elementos y las actividades que van surgiendo en torno a ellos se pueden desarrollar desde diferentes asignaturas, la realización del proyecto permitirá a los alumnos y alumnas ir superando los diversos objetivos y desarrollar todas las competencias que debe adquirir el alumnado en su proceso de aprendizaje.